Demelza Becerra. Campeona del Mundo por parejas
|Han pasado quince meses desde que te proclamaste Campeona del Mundo por Parejas con Ángel Heras. ¿Qué sentiste entonces y cómo ves ahora aquel día, desde la distancia?
Sorpresa y satisfacción, serían las palabras que más encajan, además era algo que no me esperaba para nada. Los momentos previos fueron muy tranquilos. Me desperté temprano porque es algo habitual en mí y más en los días de campeonato. Me senté en el patio del apartamento que teníamos alquilado en Valladolid acompañada de un café, al aire libre, respirando. Mi familia dormía ya que el día anterior les dije “no madruguéis para ir a verme, porque no vais a poder estar cerca y tampoco creo que ganemos”, siempre pensando en que no partíamos como favoritos ni por asomo. Los favoritos siempre fueron rusos y checos. Confío en Ángel y en mí, por supuesto, pero nosotros no tenemos la oportunidad de poder entrenar y así lo veía yo. Mientras tomaba el café, pensé que quizás no era buena idea ir a la Cúpula andando así que avisé a Ángel y le dije que pasara a recogerme.
En el camino en coche íbamos hablando de cómo sería el puzzle, tranquilos y sin saber lo que pronto pasaría. Una vez en el sitio, llegamos justillos, Ángel entró y yo como siempre, fuera hasta los últimos minutos. Aprovechando la luz natural y el aire puro. Cuando entré no miré a nadie. Con paso decidido me dirigí a nuestra mesa y Ángel me dijo: “Deme, es de los tuyos”. ¡Uff! Esa frase significaba: “Es un fondo marino”. En ese momento las sensaciones fueron muy buenas. Me relaja mucho y me encanta hacer ese tipo de puzzles. Ángel y yo habíamos decidido que yo marcaría la estrategia a la hora de hacerlo, qué haríamos cada uno una vez separadas las piezas y cómo iríamos avanzando. Durante la competición en sí, yo sabía que íbamos muy bien porque no parábamos de poner piezas. Decidimos que empezaríamos como siempre, él les daría la vuelta y yo haría una separación que normalmente es la definitiva. Una vez separadas, Ángel se dedicó a hacer el mar, esa parte donde no había peces, y yo haría la estatua que además me parecía muy fácil. Es verdad que luego viendo el video de la retransmisión casi nadie montó eso primero, pero en ese momento me apetecía hacerlo así y no fue tan mal.
Cuando terminamos esas dos zonas que estaban bastantes definidas habrían transcurridos unos 15 minutos más o menos. A pesar de estar poniendo piezas sin parar, me extrañaba el no tener una cámara fija en nuestro lado con lo que me sugería que quizás no íbamos tan bien. Es verdad que a los pocos minutos ya había más movimiento a nuestro alrededor, pero nunca nos parecía que podíamos ser los primeros hasta los minutos finales. Los últimos minutos – hablo de 3 o 4 – fueron de infarto. Había un cámara que iba y venía y nosotros sin parar de poner piezas y sin oír que alguien había terminado. Recuerdo que le dije a Ángel, “vamos que no ha terminado nadie aún”. Ahora me río al recordarlo.
A día de hoy, veo increíble el haber conseguido lo que jamás había ni imaginado. Cuando alguien me dice “es que has ganado el Campeonato del Mundo”, siempre respondo sonrojándome y sin creerlo. Es algo muy grande y aún no me creo que lo consiguiéramos.
¿Recuerdas cuál fue tu primer puzzle?
Es difícil recordar el primero, ya que era muy pequeña, pero sí tengo muchos recuerdos de algunos muy especiales. Estaba en EGB y cuando llegaba a mi casa, mientras mi madre le daba los últimos retoques al almuerzo, yo me sentaba en el suelo del salón y debajo del sofá tenía una tabla de contrachapado con un puzzle de los Simpsons de 1000 piezas de Educa. Ese puzzle dio lugar a muchos otros que siempre me esperaban en el mismo sitio, debajo del sofá. Disfrutaba entrando, soltando la mochila y sentándome en el suelo porque ése era mi ratito.
No mucho después hice el Interlude de 3000, que mis padres llevaron a enmarcar y a día de hoy está en casa aún. Ese puzzle me cabreó bastante porque tiene dos piezas mal colocadas y yo me di cuenta una vez lo había pegado… sigue con ese fallo. Me gustó tanto que hace unos años una madre del colegio de mis hijas me comentó que tenía uno igual en su casa y le insistí tanto que acabó regalándomelo. Luego vinieron muchos otros, pero ninguno tan especial como el Jardín de las Delicias de 10000. Me lo regaló mi marido cuando nos mudamos a nuestro primer piso, pero no tenía espacio para montarlo allí. Hoy lo habría armado, pero entonces ni se me ocurría lo de montar en trozos y mucho menos en planchas. Ese puzzle no pude empezarlo hasta que no me vine a la casa donde vivo ahora. Lo comencé a hacer en el garaje y por una inundación lo perdí. Por suerte hace 6 años Los Reyes Magos se acordaron de aquel puzzle y me lo trajeron. Qué importante es creer en Los Reyes Magos.
¿Cuál es tu estilo de puzzle favorito?
La verdad es que me gustan casi todos. Disfruto mucho con los paisajes marinos, los fondos marinos, me gustan los del tipo de la Librería Mágica, los Colin Thompson en general, los que tienen colores. Me encanta el arte, así que esos también.
¿Y qué tipo de puzzles no montarías jamás?
Bueno… jamás sería mucho decir, pero no me los compro y eso ya es importante. Serían los monocromáticos, tipo Escher, de hecho no hace mucho, PuzzleTúMeCompletas me regaló uno para retarme. Lo haré.
Todos tenemos nuestro puzzle favorito. Entre todos los que has montado, ¿cuál te llevarías a una isla desierta?
A una isla desierta me llevaría comida y un buen libro (ríe). De puzzles, me llevaría El Vida Salvaje y así lo mezclo y lo hago (continúa riendo).
¿Recuerdas cómo fue el momento en que diste con la existencia de algo más que el montaje de puzzles casero?
Por supuesto. Estaba dándole vueltas a Internet y se me ocurrió investigar un poco. Un jueves encontré que ese mismo fin de semana había un concurso de puzzles en Villarrobledo. Cogí el teléfono, llamé a mi marido y le dije: “¿Qué tienes que hacer el finde? Es para que lo cojas libre que mañana nos vamos a un concurso de puzzles”. Él tampoco podía creer que existían concursos. Pues allí que me fui.
Cuéntanos cómo fue esa experiencia de Villarrobledo en 2013.
Muy buena, a pesar de la distancia. A mí siempre me separan los kilómetros de todos los encuentros y campeonatos. A ese primer concurso fui de pareja con Lilia, así que nos acompañaron los abuelos también. Estaba muy rara cuando llegué porque no conocía cómo eran esos concursos, ni bases, ni nada de nada, es más ni cómo se hacía un puzzle en un campeonato. Yo siempre los había hecho aquí en mi casa y sola, salvo aquellos que le gustaban a Lilia y eran los que hacíamos juntas.
Estuve viendo la exposición que tenían montada y deseando empezar a ver cómo era aquello. Cuando tuve el puzzle delante pensé, si es muy chico, eran 500 piezas, pero es que yo de 500 no hago normalmente, me gustan más de 2000 para arriba. Lilia lo disfrutó más que yo, por eso que ella era una niña y no es consciente de que está compitiendo. Siempre los ha vivido así y hoy es igual. Lo terminamos las segundas. Cuando acabé, un chico se acercó a mí. Ahí no sabía quién era. Fer, Fernando Iglesias, que competía en pareja con Pablo Suárez (de AEPUZZ Live), me dijo que habíamos quedado muy bien y que por qué no iba al Nacional. Imagínate mi cara, no sólo había concursos, sino que existían a nivel nacional. Ahí empecé a seguir páginas que él me comentó y a indagar más a fondo sobre todo lo relacionado con campeonatos.
Cuéntanos cuál es la clave para que Ángel y tú seáis la pareja más laureada de España.
No podemos revelar nuestro secreto porque ¡tendríamos la opción de que alguna pareja pudiera igualarlo! Bromas aparte, creo que es porque cada uno de nosotros sabe adaptarse muy bien al otro. Desde el primer puzzle juntos nos adaptamos muy bien. Ambos trabajamos en la zona que nos hemos asignado previamente y respetando la colocación o separación de piezas de cada uno de manera que no nos tropecemos a la hora de armarlo. Yo siempre he admirado a mi compañero haciendo puzzles. Se concentra, se mete en ellos, es un momento que es digno de admirar, y cuando los hacemos juntos es lo mismo, pero en su zona. Tenemos la suerte de que a ambos nos gusta hacer lo contrario que al otro, él es más de paisajes que a mí me gustan menos, y a Ángel no le gustan los fondos marinos y a mí me apasionan. Nos complementamos.
¿Eres consciente de que tal vez seas la puzzlera más mediática de España?
¡Bueno, no creo que sea para tanto! Además, intento hacer las menos entrevistas posibles, si hay que salir en TV lo evito a toda costa, y así no creo que llegue a ser la más mediática.
Tu marido Isaac, es también muy conocido porque te acompaña a todas las competiciones. ¿Qué piensa él del mundo de los campeonatos? ¿Ha hecho alguna vez un puzzle contigo?
Isaac siempre dice que él se encarga de la logística, aunque no es así, yo siempre me encargo de la logística. Él sería más bien mi representante, normalmente es quien avisa a la radio o a los medios de algún campeonato ganado. Siempre me acompaña y las niñas también. Somos una familia muy unida y siempre que podemos vamos juntos. Además, al estar todos los campeonatos o concursos tan lejos de casa, aprovechamos para hacer turismo.
El que más le gusta es Las 24 Horas de Hannut y eso que tampoco es gran amante de la cerveza, pero le gusta el ambiente que hay allí. Para él los campeonatos son días de disfrutar con su familia haciendo turismo.
Creo que Isaac nunca ha hecho ningún puzzle conmigo. Alguna vez me ha ayudado a separar por formas cuando me ve agobiada colocando piezas, además tiene una paciencia infinita y las coloca de manera que luego te da hasta penilla tocarlas.
Tienes dos hijas mellizas. Una de ellas, Lilia, ha participado contigo en campeonatos. ¿A tu otra hija no le gustan los puzzles?
Qué va. Demelza dice que los puzzles la ponen nerviosa, en estos momentos estoy haciendo uno de Ravensburger de 18000 piezas que por supuesto he mezclado. Al verlo me dijo:” Mamá…las mezclas y ahora tienes que separarlas, no te entiendo, bendita paciencia tienes”. No le han gustado nunca. De pequeña le compré unos de estos de ir avanzando poco a poco, de 4 y 6 piezas y esos son los únicos que hizo más de una vez.
¿Qué campeonato te ha supuesto la mayor decepción?
Creo que ninguno me ha supuesto una decepción, pero si es verdad que el único que me dio un poco más de rabia fue en Multiva 2018 porque quedamos en segundo lugar y fue porque pasó una cría y nos tiró algunas piezas al suelo, y la pareja formada por Sophie y Patrice nos ganó por segundos. Esos segundos que habíamos perdido por aquel movimiento en la mesa y recoger piezas del suelo. Pero así son los campeonatos. De hecho, no es la primera vez que me ocurre esto, recuerdo que en el Nacional hace varios años, nos empujaron varias veces mientras hacíamos el puzzle en parejas. Incluso tuve que apoyarme en la mesa para evitar lo máximo el movimiento.
¿Algún puzzle te ha puesto de los nervios alguna vez?
Si, fue “Alegoría de la vista y el olfato”, un Clementoni de 6000 piezas. Una chica me dijo que tenía ese puzzle en casa y que no había tenido paciencia para terminarlo. Yo que soy una valiente le dije: déjamelo que yo lo termino. Lo logré, pero me costó lo mío. Jamás lo volvería a hacer y menos por placer.
Háblanos de técnica. ¿Cómo lo haces para ser tan rápida?
Yo creo que la técnica es llevar un orden a la hora de hacerlo. Separo lo mejor que puedo al empezar un puzzle en un campeonato, coloco las piezas que voy cogiendo siempre en el mismo lugar. Tengo memoria fotográfica, a mí no me veréis normalmente mirando la caja, de hecho, creo que ése es un gran fallo en mi técnica, lo miro al empezar y me olvido de que está ahí, sólo me dedico a unir piezas. Alguna vez me verás que me quedo mirando las piezas sin poner ninguna, lo que hago es darle una ubicación en mi mente, luego cuando veo que la necesito recuerdo dónde estaba colocada. Otra rareza o no, lo mismo es muy común, es que la primera vez que me hicieron un vídeo en un campeonato me di cuenta de que utilizo las dos manos para poner piezas, eso hace que vaya más rápida. Y también tengo que decir que tengo un gran “defecto” por ponerle nombre, y es que como el puzzle tenga dibujitos, al estilo del puzzle que hicimos en 2018 en Valladolid en la prueba individual (el mapa de Europa de Adrian Chesterman, N.d.E.), esos dibujos me hacen entretenerme. No pongo piezas porque me dedico a mirar los detalles. Prefiero montar 500 piezas de un cielo homogéneo.
Nos remontamos al Puente de la Constitución de diciembre de 2016. Organizaste en Algeciras el Encuentro 40.320 momentos Disney. ¿Qué tal fue la experiencia? ¿Te animarías de nuevo a montar otro?
Me encantó la experiencia. Para mí era algo distinto, esta vez era yo quien estaba detrás de toda la organización, por supuesto con la ayuda de AEPUZZ, pero jamás lo habría hecho sin la ayuda de Isaac. Él fue quien movió todos los hilos para que fuese posible hacerlo. Sabía que me apetecía y se puso manos a la obra. Tuvimos mucha ayuda por parte del Ayuntamiento de Algeciras en cuanto a instalaciones y demás. Además podía disfrutar de un evento sin tener que desplazarme y reunir a los que ya son una familia en mi ciudad.
Por supuesto que me animaría a organizar otro. Es verdad que es algo laborioso, pero todo sea por reunirnos durante unos días y disfrutar juntos de algo que nos apasiona.
Aparte de los puzzles, ¿qué otras aficiones tienes?
Necesito varias páginas más para contestar a esa pregunta. Soy algo inquieta y hago un poco de todo. Colecciono cromos, cromos del tipo Panini, tengo como 700 colecciones, desde el año 1975 hasta la actualidad. Me dedico a ello desde hace algunos años, intercambio cromos con usuarios de España, Portugal, Francia y alguna vez de Italia.
Hago bolillos, sí, sí, bolillos, me gustan las labores tradicionales y todo lo que suponga un reto intentaré hacerlo, así fue como aprendí. De labores, creo que todas. Me encanta bordar, punto de cruz, y coser, coser desde cero, hacer un patrón y hacernos por ejemplo los trajes de flamenca para disfrutar de la feria cada año.
Dibujo, hago bocetos de personajes de películas.
Me encanta leer, soy lectora de esas que empiezan y terminan un libro en 3 días. Y seguro bastantes más aficiones que ahora no recuerdo.
Evidentemente no todo son puzzles en la vida. Eres enfermera de profesión y además, reivindicas vuestra labor. ¿Cómo estás viviendo la crisis del COVID-19?
La he vivido con preocupación ante la situación que se nos ha presentado a todos. Creo que nadie podía imaginar lo que el año 2020 nos tenía guardado. Hemos aprendido a disfrutar de nuestra casa, familia y tiempo. A todos, esta crisis nos ha dado una lección de vida. En mi caso son esos amigos que te escriben para contarte que han dado positivo, o que un familiar tiene síntomas. Todos lo hemos vivido con respeto. Como enfermera te acostumbras a muchas situaciones en tu vida laboral, pero hay algunas que nos superan y no sólo en esta pandemia.
Y ¿qué le recomendarías a alguien que quiere dedicarse a la enfermería?
Que le pusiera muchas ganas. La enfermería es totalmente vocacional: debe gustarte la labor que desarrollas. Que debe ser una persona fuerte, capaz de dejar atrás todo lo vivido en el turno una vez que se va a casa, ya que nosotros vivimos muchos momentos de estrés en el trabajo, podemos encontrarnos en una habitación a una familia feliz por una buena noticia, y en otra una familia triste por una mala. Debemos estar para ambas, y es algo complicado a veces.
¿Cuál es la locura más grande relacionada con los puzzles que hayas hecho?
Creo que cruzarme España, desde Algeciras a Navarra.
¿Cómo convencerías a alguien profano de los puzzles para aficionarse?
Le diría que, aunque los puzzles parezcan difíciles, no lo son. Si eres capaz de mantener la concentración haciéndolos es una buena manera de relajarse. Y como enfermera, le contaría los beneficios a largo plazo, por ejemplo, el retraso de enfermedades como el Alzheimer.
Finalmente, ¿qué han supuesto los puzzles en tu vida?
Son mi vía de escape, mi terapia en momentos de estrés, mi relajación.
Me han permitido conocer a un grupo de puzzleros que son muy locos y que son lo mejor de cada encuentro, son el desayuno, el almuerzo o la cena, son el café en la puerta antes de entrar, esa Coca Cola que se queda a medias porque el tiempo se nos echó encima. Son esas risas que se contagian por recuerdos de otros años. Y como tiene que ser, una mención especial a Ángel y a Eva, ellos son nuestros compañeros de aventuras. Hemos formado otra pequeña familia con ellos, nos une un cariño especial.